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Los mapas medievales y renacentistas estaban plagados de ilustraciones de criaturas míticas y bestias monstruosas que expresaban los peligros y amenazas a la humanidad en determinadas latitudes. Las representaciones alertaban a los navegantes y exploradores sobre riesgos en regiones oceánicas y terrestres no exploradas y consistían en especies híbridas animalescas conformadas por partes de animales y vegetales tanto imaginarios como de manuales científicos. En muchas ocasiones poseían referencias del bestiario bíblico del cristianismo tanto visuales como de carácter aleccionador. Se presentaban como símbolos eurocéntricos de las zonas oscuras, enigmáticas y desconocidas por parte de la ciencia, y manifestaban además zonas aún por colonizar, y monstruos dañinos y feroces a destruir en pos de salvaguardar al navegante que conllevaba conocimiento y civilización.

Los monstruos de esos mapas eran puramente políticos: eran visualizaciones de la otredad, imaginarios de lo extraño, expresiones del bárbaro y símbolos de lo irracional. La estética visual correspondía a la fragmentada y negada apreciación del Otro y en excusa para combatir a seres quiméricos aberrantes que engendraban violencia dionisíaca.

Las bestias son subalternos: problematizan a los sujetos que escapan del discurso hegemónico y su mera representación los convierten en invasores sin voz que necesitan ser controlados. Los monstruos contemporáneos del presente proyecto no son sino resignificaciones de aquellos antiguos que arrastran sus connotaciones y se impregnan con nuevas producto de los paradigmas actuales: Son imaginarios desde los cuales se piensan y se narran a las otredades de otras geografías tercermundistas desde el pensamiento colonial. Son sujetos/territorios callados y desvalorados.

Myiopsitta algasus. Especie surgida por el cruce entre la cotorra argentina y las algas pardas del sur. Puede sumergirse hasta un metro y hacer fotosíntesis en épocas de escasez alimentaria por la sobrepoblacón en tierras españolas. 

En "De Mares, Cotorras e Intrusos: Una contribución desde el Sur Global para decolonizar el enfoque de las ecologías invasivas" trabajamos junto a Mariela Yeregui y Gabriela Munguía con la cotorra argentina que en Europa es considerada especie invasora. Sin embargo, y paradójicamente, fueron los europeos tiempo atrás que llevaron a estas aves a sus territorios para el comercio de mascotas. ¿Es entonces la cotorra la invasora?

De nuevo, un problema de relatos. 

Myiopsitta bordurisis. Especie urbana surgida entre la cotorra argentina y las algas rojas  de Ushuaia. Se cree que aparece ante la necesidad de cambiar  de perspectivas de visión y poder observar con ojos más atentos. 

Las especies creadas para el proyecto, son tipologías nacidas en esta era del Antropoceno Colonial. Ya no existen los seres individuales ni autónomos sino entrelazamientos simbióticos en los que coexisten diferentes reinos y políticas sin diferenciarse. En palabras de Anna Tsing, son conjuntos polifónicos.  Se mezclan algas, cotorras, especies varias, tramas humanas, colonialismo, otredades y relatos hegemónicos de invasión. 

Ulva tsingunus. Especie habitante de la zona abisal de los océanos. La asociación entre tipologías de algas han hecho que estos organismos tripliquen la generación de oxígeno como también la absorción de dióxido de carbono generada por el antropoceno colonial.

Medusa corifluxus. Organismo habitante del las costas oceánicas con capacidades para detectar navíos invasores responsables de la sobrepesca y la desestabilización de los ecosistemas. Sus tentáculos de extensión variable poseen en sus terminales ojos de cotorra evolucionados para poder adentrarse a lugares estratégicos. 

Scualus ventigrís. Es producto del cruce entre la cotorra argentina y el cazón espinozo patagónico,  Habita las profundidades europeas y tiene capacidad de levantar vuelo superficial para cortar redes pesqueras en caso de extracción de  mariscos.

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